Un loro bocazas, un robo millonario… ¡y Geronimo al rescate!
¡Chocolate caliente, sofá y manta! Ese era mi plan en la tarde más gélida del invierno… hasta que mi primo Trampita apareció con un papagayo herido y muy chillón. Lo bautizamos Eco y, entre picotazo y picotazo, no dejaba de repetir una frase rarísima:
«¡Cava, bobo! ¡El oro está debajo del río!»
¿Una simple locura...